Silvia Schmelkes hace mención de la importancia que tiene la calidad de enseñanza que los docentes dan a sus alumnos, es decir, para mejorar el aprendizaje de los adolescentes es necesario que los maestros realicen cambios en su proceso de enseñanza.
La finalidad de la educación es lograr que el alumno sea coparticipe del mundo, para lo cual requerirá reconocer y cuestionar el presente, y propiciar el desarrollo de sus potencialidades, logrando que adquiera la capacidad y la confianza de atreverse a hacer lo que no sabia hacer.
Los adolescentes atraviesan por una etapa con transformaciones físicas y emocionales rápidas y significativas que se reflejan en su aprendizaje, por lo que su desarrollo cognitivo debe ser impulsado y estimulado desde el aula a través de múltiples y diversas experiencias de aprendizaje, ya que el pensamiento abstracto se desarrolla con las vivencias cotidianas y académicas de las personas.
Por tanto, es necesario que tanto el alumno como el maestro comprendan que:
La duda es una de las fuentes más importantes del aprendizaje, por lo que, cuando un alumno pregunte sobre alguna duda que tenga, debe ser contestada sin reproches, por parte del maestro, por su falta de atención. Mientras exista una mayor participación de los alumnos en la clase, mayor será su aprendizaje. El deber del profesor no es fabricar alumnos dóciles que acepten todo cuanto conocimiento se les proporcione sin cuestionarlo; por el contrario, debe permitir que el estudiante sea capaz de crear y descubrir por sí solo el conocimiento, logrando así una total comprensión de lo aprendido. El alumno y el maestro deben buscar la forma de aplicar en mayor medida lo aprendido, de esta manera el adolescente tendrá la oportunidad de reconocer, interpretar, y analizar los conocimientos adquiridos, para finalmente aprehenderlos aplicándolos a toda situación de su vida diaria. Para lograr un buen aprendizaje se requiere de un ambiente donde existan los valores tales como el respeto, la tolerancia y la libertad de expresión, abriendo paso a la confianza, que tanto alumnos como maestros deben tener en sí mismos y en los demás, permitiendo trasformar este ambiente en una sinergia de conocimientos. De este modo, el adolescente desarrollará los distintos ámbitos: intelectual, social y personal. El alumno para aprender tiene que querer aprender, pues nadie puede aprender por otro. El proceso de aprendizaje implica la construcción gradual de su autonomía.
En las opiniones descritas en las lecturas, los adolescentes mencionan varios aspectos que odian de la escuela secundaria, como: las clases tediosas, llevar uniforme, los reportes, que los maestros tengan alumnos preferidos, la exigencia que la escuela tiene ante su presentación, la excesiva tarea y las normas estrictas que la escuela impone sin tomar en cuenta al alumnado.
Como todos, en secundaria nos hubiera gustado que la escuela fuera como nosotros queríamos, es decir, sin tareas, sin tantas reglas que cumplir, sin uniformes que no nos agradan, con más descansos… en fin, sin tantas presiones. Sin embargo, en la vida se necesita de presiones, de lo contrario todo seria tan relajado que nos conformaríamos con lo que tenemos y sabemos.
Por lo anterior, es importante enseñar al alumno a no únicamente leer las normas del reglamento que firman cuando entran a la escuela, sino también a aceptarlas y comprenderlas, lo que implica, también, quererlas como parte de su vida diaria, pues no sólo le sirven dentro de la escuela, también las tiene que aplicar en todos los grupos sociales donde se encuentre.
Enseñar, es algo difícil, y más aún, enseñar a querer reglas, pero es algo necesario para poder vivir dentro de una sociedad sin tantas presiones; mientras más queramos las reglas, menos complicado será nuestra instancia en la escuela, no olvidemos que la mediocridad la expresa quien hace las cosas por obligación.
Con respecto a las clases, considero que los alumnos tienen razón en cierta medida, pues los profesores deben dar su clase mas amena y divertida, para que el alumno se interese en ella y consiga aprender cosas nuevas. Entonces, el profesor debe:
a) Tener conocimiento de la asignatura que imparte
b) Saber enseñar, esto es, saber aplicar recursos didácticos
c) Cubrir el programa
d) Lograr que el alumno aprenda eficazmente
e) Tener control del grupo, sin lo cual no hay educación posible
f) Que este permanentemente actualizado
Un maestro eficiente, logra que el alumno aprenda los contenidos, con el menor costo posible, y como dicen los estudiantes “un buen maestro es aquel que trata de no regañar a sus alumnos, comprenderlos y respetarlos, tratando de hacer amenas y entendibles sus clases, y así participaremos nosotros más en ellas”.
Por otro lado, los profesores deben comprender que para los adolescentes, estudiar la secundaria representa un cambio muy grande, pues a diferencia de la primaria, aquí se trabaja con varios maestros, con cada uno se maneja una materia diferente durante la jornada escolar; para algunos, este cambio puede ser aceptado fácilmente, en cambio, para otros esta será una transición difícil, lo que repercutirá en el desempeño escolar del alumno.
Para aquellos que seguimos formándonos en esta profesión, resultan de gran importancia conocer las opiniones que los alumnos tienen sobre la escuela secundaria, para que cuando estemos frente a un grupo, lo podamos educar de forma eficaz, enseñándoles de manera amena y divertida; de esta manera haremos de la escuela secundaria un premio y no un castigo, no dejemos que este nivel educativo sea para los adolescentes sólo un momento de su vida que tengan que superar para su profesión, o peor aún, para conseguir un trabajo. Es entonces, tarea nuestra, desarrollar la creatividad para diseñar nuevas estrategias de enseñanza – aprendizaje para lograr captar la atención e interés del alumno, tomando en cuenta que todas las actividades que se realizan desde el personal de intendencia hasta las autoridades educativas, son orientadas al beneficio de ellos.
http://www.youtube.com/watch?v=LQsW4K7NdGA&feature=fvsr
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